A solas por la ciudad en busca de algo, no se que, caminando ya varias horas. Hace frío y no siento deseos de volver a casa. Horas con las ideas en la mente y la música retumbando en mi cabeza…es igual…no puede acallar los recuerdos…tus recuerdos.
Convencido de que ni el cielo ni el infierno existen repaso los hechos. No existe el cielo o el mal llamado paraíso pues no existe lugar donde se puede terminar este dolor que siento, no existe el infierno pues no existe diablo alguno, pues de existir le habría vendido mi alma no una, ni cien…mil veces con tal de recuperarte, con tal de recuperar una sonrisa…tu sonrisa.
Lluvia, lo que me faltaba…mas bien…no me quejo, así se disimulan las lagrimas y evito las miradas de lastima de la gente. Calles y lugares, lugares que compartimos, por donde caminamos, por donde aprendimos…de cada uno, lugares marcados para mi, para siempre, lugares prohibidos, lugares malditos…tus lugares.
La vida que se me escapa de las manos, mi vida, mis esperanzas, ese sentimiento tan ajeno y lejano para mi…la felicidad…alguna vez cruce caminos con ella, pero ya no es mas que un oscuro y borroso recuerdo. La vida que ya no es mía, la vida a la cual ya no pertenezco, la vida que fue arrancada de la mía…tu vida.Es de noche y la ciudad esta a oscuras, solo diviso las luces de los autos que pasan por la calle y alguna luz perdida en las laderas de la ciudad, apenas veo mis pies, apenas diviso sombra, pero ahí esta…ahí siempre estará mientras se nos permita recordar, esa sombra…tu sombra.
Sin alusiones a Les Luthiers ni nada por el estilo, espero que mi buen amigo “el pasado” entienda esta breve pausa que quiero poner en nuestra amistad, no quiero verlo desaparecer ni estoy negando su existencia, simplemente me parece que después de tantos años juntos podríamos tomar un tiempo uno lejos del otro, total…el tendrá también sus asuntos ¿no?.
Son varias las experiencias vividas juntos, son tantas las lecciones aprendidas, tantos los momentos buenos…y los malos también, pero creo que para apuntar a mas en la vida, debemos alejarnos un poco de este buen amigo nuestro y tratar de conocer nuevos “amigos”.
No se la tome a mal mi buen pasado, no es una afrenta en su contra ni un intento de raleacion absurda…pues eso es imposible, solo creo que podemos descubrir nuevos horizontes por nuestros respectivos caminos.
Después vendrá el reencuentro, el inevitable reencuentro con mi buen amigo, (a veces enemigo), pero eso ya vendrá con tiempo, total, ni el ni yo pensamos desaparecer…no aun por lo menos. Entonces a su salud mi buen pasado, y no se me ponga pesado por favor, no me venga con dramas ni lagrimas, que esto no es un adiós ni una despedida, es simplemente un hasta después…¿o será un hasta antes?.
(P.D.- Y van 20, siiiiii)
Me encuentro caminando una calle conocida, cruzando una esquina que ya he cruzado muchas veces, ¿para que?, entonces lo se…ahí esta ella, como tantas veces antes, esperándome con una sonrisa y una ternura en la mirada que siempre me devuelve la vida al cuerpo, cruzo…y todo se pone oscuro.
Ahora en la montaña, escalando, como tantas veces lo hicimos, lado a lado, a veces más adelante que los demás por que ellos a veces tenían miedo, nosotros más que no tener miedo teníamos mucha arrogancia y esa irresponsabilidad característica de los adolescentes, volteo para ver…y al fondo el abismo oscuro.
Ahora solo, quien sabe donde, pero con un sentimiento de tranquilidad en mi interior, un sentimiento tan bueno como una luz que alumbra todo tu ser y a todos los que te rodean, felicidad creo que le dicen, siempre me pregunte como se sentiría…ahora lo se, quiero compartir este sentimiento, doy un paso…y caigo a la oscuridad.
Despierto en mi cuarto, 5 o 6 de la mañana, no lo se, pero ya asoma algo de luz por la ventana,
como siempre todo era un sueño…esquirlas de una vida pasada o de una vida anhelada…otra lagrima, y ese sentimiento de impotencia ante la vida y ese mal llamado destino (en el cual no creo) que juega con cartas marcadas.
Como diría Baudelaire; “Cada cual con su quimera”, pero creo que ya es suficiente, ¿Cómo desconectar ese mundo “irreal” de nuestra realidad, si ese mundo “irreal” se siente mejor que la vida misma?.
En fin, opciones para esos momentos no hay, tal vez solo un cambio de actitud y algo de valor y fuerza para sobrellevar estos momentos, pararse ante la vida y como diría Julián Crispado; “Venga pues hermanito”.
